La depresión resistente al tratamiento (DRT) se reconoce como un problema clínico importante, y su investigación es fundamental. ¿Facilitaría el perfeccionamiento de la definición de DRT una mejor comprensión de la depresión y de su tratamiento?
La DRT es un problema clínico y de salud pública frecuente.
La depresión resistente al tratamiento (DRT) es un problema clínico y de salud pública frecuente,1 y su investigación es fundamental. Recientemente, Malhi y Byrow revisaron el concepto de DRT, una expresión habitual pero difícil de definir.2 Es posible que sea necesario perfeccionar esta definición para comprender mejor la depresión y su tratamiento. La especificidad de la respuesta, definir la respuesta de acuerdo a áreas clínicas específicas, podría suponer un avance.
Patrones de respuesta
El objetivo del tratamiento antidepresivo comprende la mejoría y la reanudación del funcionamiento (3, 4). Para lograr la recuperación funcional es necesario que se observe respuesta: una reducción clínicamente significativa de los síntomas. En general, en los ensayos clínicos, se considera que el paciente presenta respuesta si se observa una reducción de los síntomas del 50% o más en una escala de depresión estándar. Aunque la respuesta ideal debe ser rápida y completa, los patrones de respuesta son variables (4). La respuesta puede ser retardada, observándose una mejoría lenta, o incompleta o parcial, cuando no se logra la remisión completa de los síntomas, y en algunos casos no se observa una respuesta discernible.
¿Son todos los síntomas iguales?
Cuando la respuesta se determina mediante escalas estándar, no es posible hacer una distinción real entre los diversos síntomas de la depresión. Mejorías en diferentes áreas sintomáticas pueden dar lugar a puntuaciones de respuesta similares (2). La mejoría de las alteraciones del sueño es cuantitativamente igual a la mejoría de la ideación suicida o de la culpabilidad, a pesar de que consecuencias para los pacientes son claramente distintas.
¿Es generalista el concepto de resistencia al tratamiento?
La definición de DRT contiene dos partes, la respuesta y la terapia. Es una respuesta inadecuada a como mínimo uno (5) o dos (6) antidepresivos que se hayan probado y administrado a la dosis adecuado y durante un periodo adecuado. La respuesta inadecuada incluye la ausencia de respuesta y la respuesta parcial al tratamiento. Sin embargo, incluso las definiciones más sofisticadas de DRT son difíciles de aplicar a los pacientes de la “vida real” (5, 7).
El fracaso de tratamientos sucesivos para obtener una respuesta satisfactoria lleva al reconocimiento de la resistencia al tratamiento.
Definir la respuesta de acuerdo a áreas clínicas específicas, podría suponer un avance
Especificidad de la respuesta: definir la respuesta de acuerdo a áreas clínicas específicas
La DRT se define a partir de la historia de respuesta inadecuada del paciente. El concepto también tiene en cuenta los antecedentes clínicos del paciente: el número y la duración de los episodios anteriores, los antecedentes de respuesta o de falta de respuesta, los antecedentes familiares y las comorbilidades. Pero, ¿es posible perfeccionar más la definición de DRT tomando en consideración el perfil sintomático del paciente?
Clínicamente, los grupos de síntomas depresivos difieren mucho. Distinguir subgrupos de respuesta podría poner de manifiesto diferentes tipos de resistencia al tratamiento.
Este enfoque introduce el concepto de especificidad de la respuesta (2). Los subtipos de DRT podrían incluir a los pacientes que responden de forma global, pero muestran muy poca o ninguna respuesta de áreas sintomáticas específicas, que pueden incluir los síntomas cognitivos o los vegetativos.
Falta de respuesta como guía para la toma de decisiones
La DRT se asocia con peor calidad de vida y mayor mortalidad, y representa un gran porcentaje de la carga de la depresión (8). Muchos pacientes experimentan mala respuesta al tratamiento antidepresivo en algún momento de la evolución de la enfermedad. La respuesta, y su ausencia, podrían utilizarse como guía para la toma de decisiones. Las opciones incluyen un ajuste de la dosis, el cambio de tratamiento antidepresivo, los tratamientos de combinación y el uso de terapias complementarias.